Hace dos semanas reservé en el Albergue una habitación doble para este viernes, sábado y domingo pasado, les comento que llegaría sobre las doce y media de la noche ya que salía tarde del trabajo, me contestan que no hay problema que habría gente. Bien, llegamos a las 00:30 y allí no hay nadie, ni un coche aparcado, estábamos allí solos ¡Y con la que caía!. Llamo a Agustín, gerente del tinglado, y me dice que como la Estación iba a estar el viernes cerrada pues se marcharon todos y cerraron pero que intentaría localizar a alguien, cosa que no entiendo por que ¿Y sino voy a esquiar y voy a hacer senderismo, qué?, pues un cuarto de hora después me llama y me dice "que lo siente" pero que no encontró a nadie que nos pudiera abrir. Allí nos quedamos mangados en lo alto de la Estación y sin saber donde dormir. A la 01:15 tiramos para Villablino, lloviendo a mares y un viento de cuidado, y menos mal que quedaba una habitación de cuatro en La Tintorería que sino ya nos veíamos durmiendo en el coche gracias a la buena gestión de esta banda. Al día siguiente como soy persona seria y cumplidora les llamo y les comunico mi intención de continuar utilizando mi reserva en el Albergue y me dicen que no hay problema. Cuando llegamos somos los únicos huéspedes y me dan la habitación más pequeña, la 1, cosa que no entiendo pero bueno eso es aparte, al entrar en la habitación lo primero que nos encontramos son unas bragas grises, un pijama azul con comecocos y restos de cotillón, en diferentes sitios de la habitación, todo esto a lo mejor es del otro forero que comenta que pasó allí el Fin de Año. Después me dice la camarera, la única que vale para mí en ese Albergue quien por cierto me dijo que a ella no le llamó nadie en la noche de ayer y que si la llamaran en un momento se presenteba allí, que como está ella sola que no están los dueños, ella se va a las 10 de la noche, nos cierra y nos deja solos en el Albergue, así fue nos enseñó la puerta de emergencia por si ardía todo que no ardieramos nosotros dentro y ya está, hasta mañana. Allí nos quedamos en el Albergue "El Resplandor" solos toda la noche, muy romántico y por supuesto ¡Sin calefacción!, menos mal que esta vez no fuimos con los niños. Al día siguiente por la mañana ni croasanes ni bollería claro, los dueños no llegaron a tiempo para hacerlos, solo unos donuts, que solo se parecían a ellos en la forma. ¡Ah! y por otro lado decirles a estos iluminados que hay unas tiendas con personas orientales en su interior que venden por 1 € unas cortinas de ducha de plástico que viene muy bien para no inundar todo el cuarto de baño, ¡Es que ni cortinas en el baño!. Al final aflojé los 110 € de los dos días como si fuera todo perfecto y allí quedaron encima de la barra de la cafetería, por supuesto ni factura ni gaitas. Cuando le informo de todo esto a la que lleva las habitaciones no sé que rollos patateros e incoherentes me cuenta y me dice si quiero el libro de reclamaciones, simplemente le digo que de libro nada, no vuelvo y punto. ¡Cinco años yendo allí! y de maravilla y ahora ¡Al carallo! por culpa de esta gente que no saben lo que es gestionar un Albergue en la montaña, que no es simplemente un sitio para ir a trincar la pasta, es algo más, es dar un servicio con atención, hablar con la gente, tratar con ellos, crear amistades, tener atenciones, estar pendiente del de al lado, etc. ¡Cuánto eché de menos al matrimonio joven asturianín, a su hijita pequeña (A la que le regalamos su primer mono de esquí al poco de nacer) y al padre!, daba gusto su trato familiar y sus atenciones. ¡Qué pena!. Perdón por la chapa pero tenía que contarlo..... Estoy indignado.
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