«Tendrían que cerrar el acceso a San Isidro por la vertiente asturiana hasta que contara con protección antialudes»

«Un plan integral contra avalanchas hubiera salido más barato que todo lo invertido en redes de contención inoperativas».

Hace medio siglo, un alud arrasó la central termoeléctrica de Riofrío. Desde entonces, las avalanchas se han convertido en una constante en el puerto de San Isidro con la diferencia de que ahora son miles las personas que circulan por esa carretera en temporada de esquí. «Parece como si estuvieran esperando a que pasara algo grave», dice el allerano Ángel Rodríguez Saavedra, con 22 años de experiencia en la prevención de aludes en estaciones de Andorra y Francia. Aunque no se ha registrado ningún accidente mortal, tres coches fueron arrollados por un alud hace dos años y un monitor de San Isidro tuvo que ser rescatado en 2006 de una avalancha.

Este especialista presentó al Ayuntamiento de Aller un informe donde detalló las actuaciones que deberían ponerse en marcha para prevenir avalanchas. «En sólo 5 kilómetros se superan los 1.200 metros de desnivel», advierte.

-¿Qué grado de riesgo hay actualmente de sufrir una avalancha en el puerto de San Isidro?
-Si se utilizara la escala europea unificada de peligro de aludes estaría en el máximo: cinco de cinco. La nieve alcanza en muchos puntos del puerto espesores de entre 1,20 metros y 1,50 metros y en cualquier momento puede caer sobre la carretera. Sorprendentemente, frente a lo que ocurre en el pirineo navarro o en Cataluña, aquí no se hace un seguimiento diario del manto de nieve ni de las diferentes capas.

-¿Qué pasaría si se hiciera? -
De momento, y si preocupara la seguridad, el puerto de San Isidro tendría que cerrarse hasta que se pusieran en marcha medidas adecuadas de protección antialudes. Deberían ser actuaciones acordes con su situación geográfica y climatología atlántica, que genera fuertes períodos de innivación.

-¿En qué zona del puerto ve más peligro de desprendimientos? -
En las laderas del pico Torres tanto en su vertiente Norte-Noroeste y en la Sureste, situadas a una altitud de 2.100 metros.

Intervención directa

-¿Qué sistema ve recomendable?
-No se puede pretender contener una avalancha de nieve y rocas con una red cuando estamos hablando de desniveles que desde Cuevas hasta el punto más alto del puerto superan los 1.100 metros. Existe un sistema que se ha venido aplicando con notable éxito tanto en estaciones de esquí como en vías de comunicación de los Alpes y de los Pirineos de similares características al puerto asturiano. Consiste en provocar pequeñas avalanchas controladas en puntos concretos de la montaña con el fin de prevenir grandes avenidas.

-¿Apoya entonces una actuación en la propia montaña ?
-No es exactamente una actuación en la montaña. El sistema consiste en instalar un conjunto de pequeños aparatos -denominados gazex y avalhex- con los que se pretende desencadenar avalanchas de forma artificial y controlada a partir de la explosión de una mezcla de gases. Si la meteorología lo permite, esta actuación podría completarse con tiros manuales de artificiero desde la parte alta de la carretera.


Angel Rodríguez

-¿Sería lo único?
-Tampoco habría que descartar la intervención de helicópteros. De hecho, esta opción fue utilizada hace dos años por el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil de León para limpiar de nieve una ladera del pico Toneo ante el riesgo de un alud sobre las pistas de San Isidro.

-La zona de Riofrío fue la más afectada por los aludes. ¿Recomienda para ella alguna actuación especial?
-Sí. Se podría incluir un voladizo a la altura del mirador de Riofrío para que la nieve caiga sobre la estructura y pase directamente al precipicio sin tocar la calzada. Se trata de un algo habitual en las vías de comunicación de alta montaña de los Alpes y los Pirineos.

-El próximo año, León y Asturias tratarán de promocionar el tándem San Isidro-Fuentes de Invierno como uno de los grandes complejos invernales de la cordillera. ¿Lo ve viable?
-No sin seguridad. Es incomprensible que Asturias se esté gastando millones en una nueva estación de esquí y no haga practicamente nada para garantizar unos buenos accesos. ¿De qué le servirá la inversión si le obligan a cerrar la carretera? Un plan integral contra avalanchas le hubiera salido más barato que lo que lleva invertido en redes de contención inoperativas.

-¿Falta cultura de la nieve?
-Definitivamente. Asturias debería empezar a trabajar con vistas a la nieve si quiere aprovecharla como tirón turístico. Hace unos años , las avalanchas podían no preocupar demasiado porque se cerraba el puerto y listo. Pero, ¿qué pasaría si un alud obliga a cerrar el puerto lo que resta de temporada?


Fuentes de Invierno, en la ruta del alud

El Principado abrirá su estación de esquí sin solventar el gravísimo problema de avalanchas en la carretera de San Isidro.

La comitiva oficial que el próximo 3 de marzo inaugurará la estación invernal de Fuentes de Invierno, en la vertiente asturiana de San Isidro, accederá a la Llana'l Fitu tras haber transitado por la carretera con mayor riesgo de aludes de toda la región. El Principado pondrá en marcha la estación de esquí, en la que ha invertido 10,8 millones de euros, sin haber solucionado un evidente problema de seguridad vial en el acceso, algo que ya ha estado a punto de desembocar en tragedia en varias ocasiones.

Una vez constatado que los sistemas antiavalanchas instalados hace tres años o no son eficaces o no están en el debido estado de conservación, la Consejería de Infraestructuras reconoce que no sabe muy bien qué hacer para evitar los aludes de nieve. Es más, duda de que sea competencia suya solventar el problema.

De acuerdo con un estudio del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) de la Universidad de Oviedo, el importante riesgo de aludes en San Isidro obedece a su altitud, a la condiciones favorables para la acumulación de nieve y a unas pendientes de entre 30 y 50 grados que favorecen los desprendimientos. Además, los expertos destacan que en la zona se produce el tipo de avalancha más peligrosa, conocida como «de colada» y formada por nieve húmeda y muy pesada.

Los grandes aludes de nieve (la última de las cuales cortó la carretera del puerto hace una semana) no son algo nuevo en San Isidro. Muchos alleranos recuerdan aún que una especialmente grave arrasó por completo la central hidroeléctrica de Riofrío hace algo más de medio siglo. Prácticamente no hay invierno en que los aludes no sacudan el acceso al puerto. Los puntos más conflictivos se localizan en la zona conocida genéricamente como Riofrío. Más en concreto, en los términos de Lo Colorao, Los Areneros, Los Collaínos y La Campa La Falla. Durante el invierno, los automovilistas transitan entre espectaculares moles de nieve, que en más de una ocasión han provocado situaciones de auténtico riesgo, con coches sepultados incluidos. No se han registrado daños personales de puro milagro.

Los aludes del pasado fin de semana y la cercana inauguración de Fuentes de Invierno han redoblado las peticiones municipales y vecinales para buscar una solución a este grave problema, que puede poner en riesgo la integridad física de los usuarios de la futura estación de esquí. Se trata de una antigua demanda del Ayuntamiento de Aller, que incluso cuenta con un estudio sobre posibles actuaciones en el puerto.

El texto, redactado por Ángel Rodríguez, «pister» de San Isidro, propone provocar avalanchas controladas en puntos concretos de la montaña con el fin de prevenir grandes aludes. Además, plantea la construcción de una visera de voladizo a la altura del mirador de Riofrío. Para conocer este tipo de estructuras no hace falta desplazarse a las carreteras de montaña pirenaicas o alpinas. El propio Principado habilitó una similar hace unos cuantos años en Las Estazadas, en la carretera de Cangas de Onís a Cabrales, para evitar la caída de rocas sobre la calzada.

El Gobierno regional también dispone de su propio informe sobre aludes en la carretera de San Isidro. Lleva el sello de la Dirección General de Seguridad Pública, reconoce la situación de riesgo y recomienda mantener las vallas antiavalanchas en perfecto estado para garantizar su efectividad. Sin embargo, las labores de mantenimiento llevadas a cabo durante el verano no han impedido que el primer temporal de entidad del invierno haya derivado de nuevo en aludes y en el consiguiente cierre del puerto durante un par de días.

A partir de estos sucesos, y frente a lo expuesto en el estudio de la Dirección General de Seguridad Pública, la Consejería de Infraestructuras reconoce ya que las redes de contención actuales no son suficientes para garantizar la seguridad vial. Sin embargo, antes de actuar reclama un informe técnico sobre la situación actual de la montaña, trasladando la competencia al Ayuntamiento, cuyos responsables ya han indicado que no disponen de capacidad económica suficiente para una actuación de gran calado.

El problema amenaza con enquistarse en una polémica competencial que no existe en los tribunales. Una reciente sentencia judicial consideró al Principado responsable de la seguridad de la vía y, por ello, le obligó a indemnizar con 2.790 euros a una mujer cuyo coche quedó sepultado por un alud en pleno puerto.