La excepcional temporada de precipitaciones ha provocado que, a una semana de la entrada oficial del verano, las montañas más altas del Pirineo se encuentren todavía cubiertas de un espeso manto de nieve. Conscientes de ello, tres miembros del club de montaña GRAT decidimos enfrentar los 530 kilómetros que separan Madrid del valle de Benasque para practicar esquí y snow de montaña. Al llegar, nos encontramos esto:

Nuestro objetivo era ascender el Aneto (3.404m) desde La Besurta (1.900m), aunque al haberse desbordado el lago tuvimos que dejar el coche todavía un poco más abajo. El despertador sonó de madrugada y enseguida nos encaminamos hacia la cima. La nieve apareció en las primeras rampas del camino al refugio de La Renclusa (2.140m):

Siempre hay mucha gente por la vía normal de ascensión al Aneto, pero no sospechábamos que, nada más superar el refugio, en la pendiente que sube
hacia La Maladeta, nos íbamos a encontrar una verdadera muchedumbre:

Se trataba de un heterogéneo grupo de montañeros, militares y guardias civiles que habían elegido el mismo día que nosotros para entronizar a la Virgen del Pilar en la cima del Aneto. En el Portillón Superior (2.908m) el gran grupo se fue estirando hasta formar una larga columna:

Comenzamos a atravesar el glaciar con unas vistas de ensueño; los picos de las montañas se elevaban por encima de un mar de nubes:

Forzando un poco la marcha conseguimos poner distancia con el gran grupo de peregrinos, pero un problema de uno de nuestros compañeros con las pieles de foca, nos hizo demorarnos más tiempo del necesario. En la cima no cabía ni un alfiler y se formó una larguísima cola:

La niebla hizo acto de presencia a partir de los 3.100 metros y deslució la llegada a cima, con temperaturas casi invernales. Por primera vez, el Paso de Mahoma estuvo regulado por la Guardia Civil de montaña, que preparó unas cuerdas y ayudó a cruzar a los montañeros. Aquí sujetando al cura, al que subieron en helicóptero (¡manda huevos!):

Por suerte para nosotros, nada más disponernos a bajar por el glaciar, se levantó la niebla y un sol radiante iluminó nuestro vertiginoso descenso:

Aquí Marcos con su tabla de snow sin poder contener su felicidad antes de lanzarse por las amplias pendientes:

No existen fotografías de la bajada hasta el Pla d’Aigualluts (2.074m), que hicimos en poco más de media hora, disfrutando del palmo de nieve virgen que había caído el fin de semana anterior. Aquí estamos los tres, cansados pero satisfechos, con el imponente Aneto en la lejanía:

El agua acumulada del deshielo y las abundantes precipitaciones de los últimos meses embellecían todavía más el “Forau” del río Ésera, cuyas aguas rugientes se precipitaban al misterioso sumidero que las hará desembocar, vía Garona, en el Océano Atlántico, en lugar del Mediterráneo:

Una experiencia montañera inolvidable que, a pesar de la masificación de algún tramo de la ascensión, nos permitió volver a entrar en contacto con una naturaleza generosa y exuberante, de grandiosas montañas y vastos espacios abiertos:

En fin, yo todavía estoy por no cerrar la temporada visto el paquetón que aún queda en el Pirineo...¡Saludos a los hermanos del foro de Leitariegos!
