El proyecto del parador de Pajares está paralizado. La empresa Inversiones Inmobiliarias Valmurián, propietaria del inmueble desde hace más de un año, ha confirmado que la crisis económica ha frenado los planes de los promotores y, por el momento, la actuación no empezará.

Julio Maceda, portavoz de la compañía, aseguró que:

«ya es casi seguro que optaremos por construir un apartahotel, pero por el momento las obras no pueden comenzar».

La falta de presupuesto ha dejado sobre la mesa la recuperación del emblemático establecimiento, que lleva cerrado más de un lustro. Sin embargo, Maceda señaló que la compañía sigue trabajando en el proyecto y que los planes son «empezar la reforma y la construcción tan pronto como sea posible».

Inversiones Inmobiliarias Valmurián se hizo con el parador de Pajares en la tercera puja, convocada por el Ministerio de Economía y Hacienda, por el inmueble. Primero hubo dos convocatorias que quedaron desiertas y la compañía inmobiliaria presentó la única oferta del concurso, que ascendió a 510.000 euros.

Desde entonces, la empresa siempre ha mantenido la idea de volver a recuperar el parador de Pajares para darle el uso con el que nació y convertirlo en un referente para el mundo de la hotelería y la hostelería dentro de la región. En un principio, los representantes de Valmurián anunciaron que el parador de Pajares se convertiría en un hotel «polivalente y con atractivo para todas las épocas del año». Su principal objetivo era diversificar la oferta y desencasillar el edificio como de uso exclusivo en el invierno y parar los esquiadores. Por ello, los promotores llegaron a incluir, dentro de sus planes iniciales una piscina climatizada y un spa. Unos meses después, la empresa que compró el parador anunció su intención de convertirlo en «un apartahotel». Este cambio, según Maceda, se produjo

«en busca de una mayor viabilidad para el negocio, comprobando que los anteriores esfuerzos de distintos propietarios para reflotarlo como hotel no resultaron».

Este será, en definitiva, el nuevo uso para el emblemático inmueble, que ya ha sido completamente vallado y cuenta con cámaras de seguridad para evitar los actos vandálicos que sufrió durante el anterior lustro y que lo dejaron visiblemente deteriorado.

El edificio, que vivió su época de esplendor a principios de los setenta, sufrió su primer cierre en 1979. La última vez que cerró sus puertas fue hace seis años, después de que sus últimos gestores renunciasen por considerar el negocio como deficitario. El Principado fue el propietario del edificio desde 1985, fecha en la que caducó un convenio suscrito por veinte años. Desde entonces, el complejo dependió de Patrimonio del Estado hasta hace poco más de un año, cuando cerró su venta con Inversiones Inmobiliarias Valmurián.


___________________________
Fuente: La Nueva España