María, ocho años derribando barreras

por Webmaster el 29/03/2015

María Martín-Granizo ha conseguido competir con una sola pierna con los niños y niñas sin discapacidad. Su historia es de superación continua. Nació sin femur en su pierna derecha, pero eso no le ha impedido disfrutar del esquí. La pasada temporada no se lo permitieron, pero este año ha conseguido competir con los esquiadores de su edad, sin ninguna limitación. Para ella nada es imposible.

Cuando Adidas ideó su campaña publicitaria con el eslogan ´Nada es imposible´ no la conocían, pero bien podría haber sido la imagen de aquella campaña. María Martín-Granizo nació con una discapacidad en una pierna. Sin fémur, apoyándose sobre una sola pierna la lógica indicaba que María estaba limitada para muchas cosas. No ha sido así. Desde que era poco más que un bebé María se empeñó en hacer las mismas cosas que los demás y con ocho años ya puede presumir de haber roto moldes y derribado más barreras de las que muchas personas no son capaces de superar en toda su vida. La más reciente: competir en las carreras de esquí con los niños y niñas sin discapacidad en la Copa de la Cordillera Cantábrica.

La historia de María Martín-Granizo es la de una superación continua. Nada se le ponía por delante para tratar de hacer las mismas cosas que podía hacer con normalidad su hermana melliza Cecilia. Por eso, cuando toda la familia empezó a subir a esquiar a Leitariegos con el club que dirige su tío Julio Anel Martín-Granizo, a María ni se le pasó por la cabeza dejar de disfrutar del deporte invernal.

Buscaron artilugios para esquiar, pero María no quería una silla en la que deslizarse por la nieve. Ella quería esquiar como los demás niños de su edad. Con su limitación, pero como ellos. Sin más diferencia que a ella le sobra un esquí y sus bastones son diferentes.

La pasada temporada no pudo competir en la Copa de la Cordillera Cantábrica por un impedimento legal, pero esta temporada se ha impuesto la lógica y María ha podido ponerse en el portillón de salida como lo que quiere ser, como una más, rompiendo una barrera en la carrera de la integración a través del deporte por ser la primera vez que una niña con una discapacidad física compite con los niños y niñas de su edad sin limitación.

No ha sido fácil. La Federación de Discapacitados de Castilla y León solicitó a la Federación Española de Deportes de Invierno que le diera el permiso que necesitaba. Tuvieron que ponerse de acuerdo las federaciones de Castilla y León, Asturias y Cantabria para que María pudiera correr y se pusieron. De momento ya ha tomado parte en las pruebas de Pajares y Leitariegos y le queda para cerrar la copa el descenso por las laderas de Alto Campoo.

Ella todavía no se da cuenta. A los ocho años lo que quiere es disfrutar de su pasión por el esquí, pero cuando sea un poco más mayor verá que lo que ha conseguido es un hecho histórico en el esquí: correr contra niños de su misma edad sin importar su discapacidad.

Un ejemplo de inclusión deportiva total porque ella corre como una más, sin ningún tipo de ayuda de nadie, "y no se ha caído ni una vez", resume orgullosa su madre, Natalia Ferreiro, que junto a su marido, Rafa, comparte con sus hijos una pasión invernal por el esquí. "El año pasado estaba enfadadísima porque veía competir a todos sus compañeros del club y ella no podía hacerlo. Este año está feliz", explica Natalia.

María también competirá en las pruebas para niños con discapacidad. Será el Trofeo Santiveri que se celebra en Sierra Nevada, aunque ése ya es terreno conocido, pero algo con lo que no quería quedarse como límite de sus aspiraciones deportivas y personales. Esquiar con una sola pierna ya es un mérito enorme, pero ella quería hacerlo junto a los demás niños y niñas de su edad.

Su fuerza y sus ganas le hacen querer siempre más. No podrá descender nunca a la misma velocidad que sus hermanos. Nadie podría hacerlo con una sola pierna, pero, probablemente, ninguno de los que comparten pista con ella en esas competiciones podría descender un centenar de metros sin acabar rodando por el suelo. Lo imposible hecho normal. El reto de la integración que a mucha gente le lleva una vida sin lograrlo y a María le ha bastado con ocho años para convertirlo en normal. ‘Impossible is nothing’ que dirían los creativos de Adidas.


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Fuente: Sportleon.com